“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”
MT 28:19-20
“El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión” Catecismo de la Iglesia Católica 1213.
¿Cuándo se celebran los Bautizos?
Clases Bautismales – $25
Requisitos:
Al menos un padrino debe ser un católico confirmado y vivir una vida en armonía con la fe católica. Se debe proporcionar una prueba de confirmación y, si aplica, también de matrimonio en la Iglesia Católica
El Bautismo es el sacramento de la fe. Pero la fe tiene necesidad de la comunidad de creyentes. Sólo en la fe de la Iglesia puede creer cada uno de los fieles. La fe que se requiere para el Bautismo no es una fe perfecta y madura, sino un comienzo que está llamado a desarrollarse. Al catecúmeno o a su padrino se le pregunta: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” y él responde: “¡La fe!”. CIC 1253
Usted deberá pre-inscribirse en la recepción antes de la fecha en que estará tomando la clase.
Si estará tomando una clase para ser padrino usted deberá proporcionar una prueba del sacramento de la confirmación y (si corresponde) matrimonio por la Iglesia.
El primero de los siete sacramentos, y la “Puerta” que da acceso a los otros sacramentos. El Bautismo es el primer y principal sacramento del perdón de los pecados porque nos une a Cristo, quien murió por nuestros pecados y resucitó por nuestra justificación, la Confirmación, y la Eucaristía constituyen “los sacramentos de iniciación cristiana” por los cuales un creyente recibe remisión del pecado original y personal, comienza una nueva vida en Cristo y el Espíritu Santo, y se incorpora a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.